Saturday, February 12, 2011

ENTRE LAS AVES


¡Vuelve el cuervo a desgarrar mis entrañas,
a mis entrañas vuelve el cuervo!
Y se apodera de mí, la fe sin montañas,
esa fe de tristeza en todo mi cuerpo.

Vuela el cuervo a mi pensamiento alegre,
el alegre cuervo con su sombra baña mi alegría,
y cae al abismo y no vuelve
a posarse en mí como entre las cañas.
 
  
Al volar en lo azul del cielo
la oscuridad de su plumaje le acompaña
y la mirada de una vida extraña
lo arroja silenciosamente hacia la muerte.

En la tierra lo circundan zopilotes
que dejaron a la hora la tristeza.
Y el sol quema al elote,
para que guarde con Homshuk su belleza.

Traga el zopilote su plumaje oscuro,
traga la carroña de un animal podrido,
un espejo roto yace sobre el muro
reflejando la tristeza y el olvido.

¡Olvida todo, la calle está desierta!
Las flores se marchitan y el sol esconde
su amarilla luz, qué opaca y muerta,
llamamos en la calle
¡Mas no responde!

¡Sombra perenne  que cubre el paisaje!
Es ella quien me cubre en los días
en que extraño tu luz y el mensaje,
de tus letras, tu risa, tu melancolía.

Ahora todo bajo el mismo manto se cubre,
en el cielo un rayo de luz,
cuervo, zopilote ya no escucho su canto
regreso a casa  bajo tierra,
mi ataúd.  





Adrián Rodríguez Tonche

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